Señoras y señores, jóvenes y ancianos, estudiantes y trabajadores... todos lo sabemos.
Todos lo sabemos, sí. Sabemos que la violencia no es buena.
Nunca un golpe es la mejor opción. Nunca se tiene que pensar como primer alternativa.
La violencia sólo desencadena más violencia, en un círculo que con el tiempo se va agrandando, pudriendo y reproduciendo.
Pero la violencia no sólo es un golpe.
Todos lo sabemos, sí. Sabemos que la violencia no sólo es un golpe.
Por lo menos queremos creer que todos lo sabemos.
Es violenta la mentira.
Es violenta la persecución.
Es violento el insulto, es violenta la amenaza, es violenta la provocación, es violenta la ilegalidad.
El insulto es violento, pero el insulto no sólo es una mala palabra. Subestimar es insultar. Y es, tal vez, en una institución educativa, el insulto más grave. Por todo lo que eso implica.
Avalar una elección de Decano en un marco, cuanto menos, sospechoso (en medio de veda electoral, sin quórum, sin definición concreta de los integrantes del Consejo Departamental), es violento.
La hipocresía de una gestión es violenta.
La desprolijidad de un órgano de gobierno es violenta.
La desprolijidad de un órgano regulador es violenta.
La risa, la ironía y la victimización, en el momento en que plantean un marco ilegal, es sumamente violento. Y provocador. Provocar también es violentar.
Violento también es no pagarle a los estudiantes que salieron sorteados en un concurso de puestos de Bienestar Estudiantil. Violento es tenerlos trabajando 3 meses sin que reciban un solo centavo y ahora avisarles que no van a cobrar. Violento es no firmarle el alta de trabajo a una estudiante que lo ganó por sorteo. Violento es robarle a un trabajador. Violento es escrachar a un estudiante por ser parte del Centro de Estudiantes y haber salido sorteado.
Es violento perseguir. Muy violento, de esa violencia que algunos creímos desaparecida hace más de 30 años.
Cuando un No-Docente aprieta a un estudiante, es violencia.
Violencia es cuando un No-Docente, un Docente o un Estudiante provoca, empuja, insulta o amenaza a un Estudiante por grabar un Consejo.
Violento, muy violento, es cuando a una Estudiante la amenaza un No-Docente bajo la consigna "si seguís boqueando, vas a ver lo que te va a pasar". Y más violento todavía es cuando un Decano no hace nada ante la denuncia.
Pero está claro. Esa violencia es su violencia. Es la violencia que avala cuando no reacciona ante el apriete de un No-Docente a una estudiante. Es la violencia que contrata cuando lleva seguridad privada armada a un Consejo Departamental.
Es la violencia que aleja a los Docentes, a los No-Docentes y a los Estudiantes, sobre todo, de la institución.
Pero hay más tipos de violencia. Hay violencia subliminal.
Esa violencia de, por un arrebato administrativo, perder el historial académico y no poder anotarse en las materias.
La violencia que traba a los estudiantes para continuar con su carrera.
La violencia que traba a los estudiantes para conseguir certificados.
La violencia que se ve en las aulas, cuando no hay compañeros con quien compartir la experiencia del aprendizaje. Cuando no hay prensas para grabar. Cuando no hay tornos para alfarería. Cuando no hay laboratorio para Restauración. Cuando hay goteras en las aulas. Cuando no hay calefacción.
La violencia, lamentablemente, sólo provoca violencia.
La violencia, por suerte, siempre es evitable.
La violencia acá, lamentablemente, la buscaron.
La violencia, acá, destruye al Departamento.
La violencia, por suerte, no la respondimos.
La violencia es violenta. Fue buscada. Es impulsada. Es sostenida. Es alimentada.
Los estudiantes somos apretados. Provocados. Subestimados. Insultados. Escrachados. Robados. Menospreciados.
La violencia no se responde, creemos. Se contiene. Pero se contiene en la masividad. Se contiene cuando hay respaldo. Se contiene cuando se reclama en conjunto. Cuando se construye en conjunto.
La violencia no construye futuro. El futuro, así, no es.
La violencia la podemos frenar nosotros. Todos nosotros. Todos.
Pero es necesario el todo. Porque, por sobre todo, la violencia no puede seguir. Porque todo se vacía. Se vacía con violencia. Se vicia de violencia.
Por favor. Por favor, no dejemos que la violencia destruya a la institución. No dejemos que nos destruya a nosotros.
3 comentarios:
¿Y la solución que proponen es votar de la misma manera que denuncian? a otra violenta que vació 8 años el Iuna??? no!!!!!! esa no es una solución, ahora ustedes son cómplices.
..y violentos.
Que raro que 'Anonimo' postee en esta nota sobre la violencia y no postee nada en la nota anterior, sobre todos los problemas administrativos del Departamento que afectan (con mucha violencia también) el día a día de nuestra cursada
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